lunes, 29 de julio de 2013

Y aún los sueño

    Cual escena tomada de película, corría, los tomé bajo mis brazos y les metí dentro del vehículo, mil formas diferentes de tenerlos a mi lado pasaron por mi mente esa madrugada de domingo, alma en mano, moliendo a golpes los captores de su inocencia, contra mi enemigo, quien de ustedes osan separarme, quienes su joven vida pretender hacer lo que con la suya, de los que de su capacidad desconocen, de quienes para ustedes sin saber solo traen miseria, aquellos que creen que yo soy el peligro para ustedes cuando a través de su locura me han observado.
     Mi sueño, al igual que mi vida, no tenía sentido alguno, solo se que estaban a mi lado, conducíamos el auto por los pueblos, visitábamos exóticos paisajes, compartíamos la vida y los estrechaba contra mi pecho. Eventualmente, les alcanzaba el teléfono para que hablaran con su madre, pensando sin rencor que ella nunca lo hizo para mi, y recordando que tan doloroso fue, estar lejos de ustedes, dando gracias a Dios que ahora están conmigo.
      Eso me explica el porqué, después de catorce horas, no quería abrir los ojos, fue tan duro decir adiós  lo fue, y pienso tanto en ello. Victoria, Eduardo, esta vida no tiene sentido. Yo sabía que solo era un sueño, pero tenía sus rostros entre mis manos, y el sonido de sus risas en mis oídos, ¿qué más da si es un sueño o no? ¿qué más da si había algo que hacer en la realidad? ¿quién dice que este jodido día era más feliz que lo que vivía antes de abrir los ojos por la mañana?
 Nadie sabe cuanto los extraño.




Se busca una Victoria

Preparo y suelto las amarras, flamante y bella embarcación, sujeto fuerte mis almohadas, y dejo libre el corazón. Mi barco zarpa rumbo ...